Mi Historia

En mi pueblo los árboles de la calle parecen haber envejecido, estaban cubiertos de polvo y de una luz melancólica. Es el invierno que llegó. Los árboles me daban lástima porque parecían personas, a veces estaban tristes, a veces alegres, cambiaban de ropaje cambiaban de humor y un día morían, como el plátano de la esquina que la primavera anterior no había florecido.
Cuando estábamos en el centro sobre todo en una tarde de domingo, yo me preguntaba ¿cómo uno podía sentirse importante en este pueblo? Sin embargo era mi mundo.
Tenía una municipalidad, un monumento, una iglesia, un Banco y dos Plazas donde los jóvenes se reunían para charlar, tomar mate o simplemente para estar juntos.
Recuerdo aquellos tan esperados carnavales que alegraban a todo el pueblo y movilizaba desde el más chico hasta el mas grande, ¡todo un suceso! En que sus dos únicas comparsas competían y se elegía la reina del carnaval.
También recuerdo las tardes a orillas del río cuando el sol del verano te daba en los ojos y no podías abrirlos.
Hoy las cosas no son iguales, pero hay cosas que arden en la vida con tantas ganas que no se pueden mirarlas sin parpadear, y quien se acerca se enciende…
¡¡¡Todo eso y algunas cosas más era mi pueblo!!!

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