Era de tarde. Entran al hogar dos adolescentes,
me piden tomar la leche, su aliento era de pegamento.
Uno de ellos pasa al baño a lavarse la cara,
lo acompaño y de repente lo veo sollozar.
Le pregunto con una mano en su hombro, “¿qué te pasa?”.
Y me dice que en la estación de Chacarita los policías le habían pegado.
Martín se abrazó a mí y sollozó con profunda angustia.
Fui por un rato esa madre que no tiene, o no está, o no puede,
ese lugar que no tiene a dónde regresar,
la caricia de amor de un ser querido.
No sé si hizo algo malo. Ni aun así se justifica el castigo,
que se suma al derecho a nada de estos adolescentes.
A la falta de amor y atención y, sobre todo,
a la indiferencia de la sociedad.
Hay que abrazar y escuchar a estos chicos.
Pero somos pocos para los muchos Martín.
Isabel De Simone
isabelcomedor@yahoo.com.ar
DIRECTORA DE LA ASOCIACIÓN CIVIL
“NIÑO JESÚS”
domingo, 18 de mayo de 2008
Vidas vividas a la intemperie
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3 comentarios:
Con este tipo de textos vas preparando , sin saberlo, el material para el próximo trabajo.
María: al revisar artículos y posteos anteriores, descubro que no has leído a tus comentaristas. De ser así, estoy segura que hubieras realizado la sugerencia que te dejé en uno de ellos.
Se trata de responderle a quienes te comentan en el lugar donde te hicieron el comentario (No es responder visita, es decir ir a su blog y comentar...que también se debe hacer)
Saludos
Sra. Diana: Aha! Gracias... Yo pensaba que tenia que contestar en los blog de mis comentaristas. Gracias por la corrección... Saludos
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